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Viernes, 20 Marzo 2020 10:52

Crítica de la serie MUJERES DE LA NOCHE Netflix: prostitución de lujo, drogas y política

Escrito por  Publicado en Críticas Series 2023-2024

UN ARTÍCULO ORIGINAL Y EXCLUSIVO DE CEC SERIES

Esta nueva serie holandesa que al final ha llegado a la plataforma este jueves 19 de marzo cuando se preveía para el 13 pero tiene sentido una vez hemos presenciado sus primeros 5 capítulos. 

Los tráilers mienten más que hablan pero sólo cuando se trata de vender decentemente un producto, para esto están. Si ni el tráiler consigue enmascarar la mala calidad de las actuaciones y la pobreza de la producción... ¡apaga y vámonos!

Relata la historia de Xandra Keizer (Karina Smulders), encantadora, seductora y luchadora. Xandra es la mujer del aspirante a alcalde Michiel Pressman (Matteo van der Grijn) , un hombre hecho y derecho que se defeca encima cuando su madre, una dominatrix de pacotilla, abre la boca.

Xandra no quiere ser una mujer florero, necesita un aliciente que le llega cuando una antigua amiga, Pam, le propone ayudarla en un evento que envuelve banqueros, cotizadas mujeres de compañía, ríos de alcool y avalanchas de nieve. Una congragación donde no vemos que Pam necesite ayuda. Y ahí está Xandra dirigiendo a las prostitutas hacia los clientes, como si ellas solitas no fueran lo suficientemente largas para escoltar al que solo se encuentra...

Pam está metida en alguna historia de tráfico de drogas directamente en relación con la madre de Xandra, Sylvia Keizer (Hilde van Mieghem). Una sobreactuación rídícula, teatralizada que la actriz belga, a pesar de su larga carrera cinematográfica, no ha sabido llevar a buen puerto. 

Pero como Hilde le pasa a todo el elenco. Unos actores que brillan por la ausencia de cualidades interpretativas a las que el desastroso guion no da la oportunidad de lucirse y cuya dirección es inexistente. Desmontando a "mujeres de la noche" como quien desmonta a Harry, nos damos cuenta que todos los elementos individualmente son terribles. Desde las caras, hasta las entonacniones pasando por las numerosas escenas de cama, todo es del orden de las producciones caseras. 

Especialemente el sexo o pornografía amateur montada para supuestamente excitar pero que nos agudiza el aguijón con esos conjuntos de prendas íntimas de mercadillo. Que se la quitan de las manos señora. Una carne trémula que provoca vergüenza ajena de lo patética que está resultando la escena. El exagerado metraje que se recrea en unas muecas orgiásticas mal fingidas, los tocamientos guardan menos pasión de la que podría desprender Manolo Escobar. cuando le robaron el carro.

La hija de Xandra, Lulu, apunta a maneras y sólo podemos congratularnos por haber elegido no tener descendencia. Pero su rebeldía a parte de mal llevada no tiene consistencia, al menos para nosotros.

Y ya hemos llegado al capítulo 5... sí, hemos dejado correr los episodios para ir describiendo lo que más molesto resulta de este folletín dominguero de sobremesa familiar. Antena 3 ofrece incluso mejores productos.

Por cierto, Xandra se automutila y las escenas de dolor autoinflingido se intercalan con las de un pasado de abusos. Tenemos acceso a diversas maneras de causarse dolor: se puede poner la mano en una plancha, quemarse con un mechero o calentar una llave al rojo vivo y darse gustillo aplicándola en lo pies. Una adolescencia dura, sin duda pero un montaje peor para el que lo tiene que sufrir: nosotros.

En definitiva, vamos a tirar por la directa, un absoluto desastre de serie que no sirve ni para la distracción del confinamiento por lo mala que es. Inexistente calidad a todos los niveles, ni recomendada para la siesta. En efecto Netflix, no corría prisa su estreno de hecho no hacía ni falta.